ACTVIDADES
INICIO:1.- Observen
los siguientes videos y elaboren en su cuaderno una LLUVIA
DE IDEAS DE CADA VIDEO AL MENOS 10 IDEAS POR CADA VIDEO:
https://youtu.be/yL_pBRX5SGc
https://youtu.be/8mYyr0yvS_M
DESARROLLO:
2.- Investiga en fuentes confiables la respuesta
correcta a las siguientes preguntas:
a)¿Por
qué crees que buscaban la Independencia de las estas colonias?
b)
¿Cuáles fueron la circunstancias históricas que lo propiciaron?
c)
¿Qué consecuencias habrá tenido esta lucha por la Independencia?
3.-Realiza un mapa conceptual con el empleo
de la siguiente información:
Reseña de la Historia de los Estados Unidos
Oficina de Programas de Información Internacional – Depto. de Estado de
EE.UU. Pag. 1 Capítulo 3: El camino de la independencia Protesta o motín
contra los impuestos británicos, en lo que se conoció como "La Fiesta
del Té de Boston", en 1773. (Library of Congress)
"La revolución se llevó a cabo desde antes
que empezara la guerra. La revolución estaba en el corazón y la mente del
pueblo". -- Ex presidente John Adams, 1818 Durante todo el siglo XVIII
fue inevitable que las colonias británicas de Norteamérica, en proceso de
maduración, se forjaran una identidad distintiva; crecieron mucho en fuerza
económica y logros culturales y casi todas ya tenían largos años de
experiencia en el autogobierno. En la década de 1760, su población combinada
superaba el millón y medio de habitantes: se sextuplicó desde 1700. Sin
embargo, Inglaterra y Norteamérica no tuvieron diferencias patentes sino
hasta 1763, más de siglo y medio después de la fundación del primer
asentamiento permanente en Jamestown, Virginia. Reseña de la Historia de los
Estados Unidos Oficina de Programas de Información Internacional – Depto. de
Estado de EE.UU. Pag. 2 UN
NUEVO SISTEMA COLONIAL En la secuela de la Guerra contra Francia y los
Indígenas, Londres vio la necesidad de un nuevo proyecto imperial que
incluyera un control más centralizado, distribuyera de manera más equitativa
los costos del imperio y apelara a los intereses, tanto de los
francocanadienses como de los indígenas norteamericanos. Por otra parte,
habituados desde mucho tiempo atrás a un grado notable de independencia, los
colonos exigían no menos, sino más libertad y sintieron que una presencia
británica fuerte ya era mucho menos necesaria. Al otro lado del Atlántico,
una Corona y un Parlamento que no entendían bien la situación se percataron
de que contendían con colonos capacitados en el autogobierno y reacios a
cualquier intromisión. La organización de Canadá y el valle de Ohio requería
políticas que no provocaran el distanciamiento de los habitantes franceses e
indígenas. En ese punto, Londres entró en un conflicto fundamental con los
intereses de las colonias. Por su rápido aumento de población y la necesidad
de más tierra para asentamientos, éstas reclamaron el derecho de ampliar sus
fronteras al oeste hasta el río Mississippi. El gobierno británico, por temor
a una serie de guerras con los indígenas, pensó que las tierras se debían
abrir en forma más gradual. Por la Proclamación Real de 1763, todo el
territorio occidental entre las montañas Alleghenies, Florida, el río
Mississippi y Quebec, se reservó para el uso de los norteamericanos nativos.
De ese modo, la Corona trató de poner coto a todas las reclamaciones de
tierras occidentales de las 13 colonias y contener la expansión hacia el
oeste. Aunque esa medida nunca se aplicó en realidad, los colonos la vieron
como un acto prepotente de desdén a su derecho elemental de ocupar y
colonizar las tierras del oeste. Las repercusiones de la nueva política de
ingresos del gobierno británico fueron más serias. Londres necesitaba más
dinero para sostener su creciente imperio, se enfrentaba a un descontento
cada día mayor en su propio suelo y le pareció bastante razonable que las
colonias pagaran su propia defensa. Eso incluiría nuevos impuestos que el
Parlamento establecería a expensas del autogobierno colonial. El primer paso
fue la sustitución de la Ley de la Melaza de 1733, que aplicaba un derecho o
impuesto prohibitivo a la importación de ron y melaza de las áreas no
inglesas, por la Ley del Azúcar de 1764. Esta ley prohibió la importación de
ron extranjero; impuso derechos bastante modestos a la melaza de cualquier fuente
y aplicó derechos al vino, la seda, el café y muchos otros artículos de lujo.
El gobierno británico aplicó con energía la Ley del Azúcar. Tanto el derecho
impuesto por la Ley del Azúcar como las medidas para su cumplimiento causaron
consternación entre los comerciantes de Nueva Inglaterra. Ellos alegaban que
aún ese módico pago de derechos que se les impuso sería ruinoso para sus
negocios. Los comerciantes, las legislaturas y los concejos municipales
protestaron por esa ley. Los abogados de las colonias protestaron por
"la tributación sin representación," una consigna que habría de
persuadir a muchos norteamericanos de que la madre patria los oprimía. Más
tarde, en 1764, el Parlamento promulgó la Ley de la Moneda "para impedir
que se considerara moneda de curso legal a los billetes que expidiera en lo
futuro cualquiera de las colonias de Su Majestad." Como quiera que las
colonias eran un área comercial deficitaria y siempre estaban escasas de
moneda dura, tal medida fue un pesado gravamen para su economía. La Ley de
Reseña de la Historia de los Estados Unidos Oficina de Programas de
Información Internacional – Depto. de Estado de EE.UU. Pag. 3
Acuartelamiento aprobada en 1765 fue igualmente objetable desde el punto de
vista de las colonias, pues en ella se exigía que éstas dieran provisiones y
alojamiento a la tropa real. LA LEY DEL TIMBRE Una medida tributaria de
carácter general fue la que provocó mayor resistencia organizada. Conocida
como la "Ley del Timbre", requería que a todos los periódicos, desplegados,
folletos, escrituras de arrendamiento y demás documentos legales se les
adhirieran estampillas fiscales. Esos fondos, que los agentes aduaneros
norteamericanos debían recaudar, se aplicarían "a la defensa, protección
y seguridad" de las colonias. La Ley del Timbre afectó por igual a todas
las personas que hacían cualquier tipo de negocio. Por eso provocó la
hostilidad de los grupos más poderosos y elocuentes de la población
norteamericana: periodistas, abogados, clérigos, mercaderes y hombres de negocios,
ya sea del norte o el sur, el este o el oeste. Destacados comerciantes
organizaron la resistencia y crearon asociaciones contra la importación. El
comercio con la madre patria se desplomó en el verano de 1765 cuando un grupo
de hombres eminentes se organizó como los "Hijos de la Libertad" y
fundó organizaciones secretas para protestar contra la Ley del Timbre, a
menudo por medios violentos. Desde Massachusetts hasta Carolina del Sur; la
multitud obligó a los infortunados agentes aduaneros a renunciar a sus cargos
y destruyó las odiadas estampillas. La resistencia militante logró invalidar
esa ley. Incitada por el delegado Patrick Henry, la Cámara de Burgueses de
Virginia promulgó en mayo una serie de resoluciones en las que se decía que
la tributación sin representación era una amenaza a las libertades de las
colonias. Proclamó que los virginianos tenían los mismos derechos que los
ingleses y, por tanto, sólo podían ser sometidos a la tributación que sus
propios representantes aprobaran. La Asamblea de Massachusetts invitó a todas
las colonias a nombrar delegados para un "Congreso de la Ley del
Timbre" que se llevó a cabo en Nueva York, en octubre de 1765, a fin de
considerar la idea de enviar apelaciones a la Corona y al Parlamento en busca
de una solución. Veintisiete representantes de nueve colonias aprovecharon la
ocasión para movilizar la opinión de éstas. Al cabo de muchos debates, el
congreso adoptó una serie de resoluciones donde se afirmaba que "ninguna
tributación les había sido impuesta nunca, ni lo podría ser, si no provenía
de sus respectivas legislaturas" y que la Ley del Timbre tenía una
"tendencia manifiesta a subvertir los derechos y libertades de los
colonos". TRIBUTACIÓN SIN REPRESENTACIÓN Así fue como la atención se centró
en el tema de la representación. Los colonos no creían posible que estuvieran
representados en el Parlamento si no se les permitía elegir a sus propios
miembros para la Cámara de los Comunes. Sin embargo esta idea iba en contra
del principio inglés de la "representación virtual", por el cual
cada miembro del Parlamento representaba los intereses de todo el país y los
del imperio, aunque su base electoral no abarcara más que una minúscula
minoría de los propietarios de un distrito determinado. Los líderes norteamericanos
argumentaban que sus únicas relaciones legales eran con la Corona. El rey era
quien había accedido a fundar colonias en ultramar y el que las dotaba de
gobierno. Afirmaban que el Reseña de la Historia de los Estados Unidos
Oficina de Programas de Información Internacional – Depto. de Estado de
EE.UU. Pag. 4 rey
era tanto el soberano de Inglaterra como el de las colonias, pero insistían
en que el Parlamento inglés no tenía derecho de aprobar leyes para las
colonias, del mismo modo que ninguna legislatura colonial tenía derecho de
dictar leyes para Inglaterra. Sin embargo, de hecho, su lucha era tanto con
el Rey Jorge III como con el Parlamento. Las facciones alineadas con la
Corona solían controlar el Parlamento y reflejaban la voluntad del rey de ser
un monarca fuerte. El Parlamento británico rechazó las objeciones de las
colonias. Sin embargo, al sentir los efectos del boicot norteamericano, los
comerciantes ingleses dieron su apoyo a un movimiento de revocación y el
Parlamento cedió en 1766, revocó la Ley del Timbre y modificó la Ley del
Azúcar. No obstante, para tranquilizar a los partidarios del control central
sobre las colonias, el Parlamento complementó esas decisiones con la
aprobación de la Ley Declaratoria, por la cual afirmó su propia autoridad
para dictar leyes que serían obligatorias para las colonias "en todos
los casos posibles". Los colonos sólo habían ganado un respiro temporal
en una crisis inminente. LAS LEYES DE TOWNSHEND En el año 1767 se tomó otra
serie de medidas que reavivó todos los temas de discordia. Charles Townshend,
el ministro de hacienda británico, ensayó un nuevo programa fiscal ante el
continuo descontento por los altos impuestos en su país. Decidido a reducir
los impuestos británicos haciendo más eficaz la recaudación de derechos sobre
el comercio con Norteamérica, restringió la administración de aduanas e
impuso derechos de importación al papel, el vidrio, el plomo y el té
procedentes de Gran Bretaña. Las "Leyes de Townshend" se basaban en
la premisa de que la tributación sobre los bienes importados por las colonias
era legal, mientras que los impuestos internos (como la Ley del Timbre) no lo
eran. La finalidad de las Leyes de Townshend era la recaudación de rentas,
que en parte se aplicarían al sostenimiento de los funcionarios en las
colonias y del ejército británico destacado en Norteamérica. En respuesta a
esto, el abogado de Filadelfia John Dickinson afirmó en su obra Letters of a
Pennsylvania Farmer (Cartas de un granjero de Pennsylvania) que el Parlamento
podia controlar el comercio imperial, pero no tenía derecho de imponer
tributos a las colonias, no importa que éstos fueran derechos externos o
internos. La agitación que sobrevino tras la promulgación de las leyes
tributarias de Townshend fue menos violenta que la provocada por la Ley del
Timbre, pero también fue intensa, sobre todo en las ciudades de la costa
este. Los comerciantes volvieron a adoptar acuerdos contra la importación, y
la gente optó por consumir sólo productos locales. En Boston, la aplicación
de los nuevos reglamentos desató la violencia. Cuando los funcionarios
aduaneros trataron de cobrar derechos, fueron inmovilizados por el populacho
y tratados con rudeza. Por esa transgresión, dos regimientos británicos
fueron enviados para proteger a los comisionados de aduanas. La presencia de
soldados británicos en Boston fue una abierta incitación al desorden. El
antagonismo entre los ciudadanos y la tropa británica volvió a estallar con
violencia el 5 de marzo de 1770. Lo que empezó como una inofensiva lluvia de
bolas de nieve contra los soldados británicos degeneró en un ataque
multitudinario. Alguien dio la orden de hacer fuego y cuando el humo se
dispersó, tres bostonianos yacían muertos sobre la nieve. Este incidente,
conocido como "La Masacre de Boston", fue presentado con tintes
dramáticos como prueba de la crueldad y tiranía de los británicos. Reseña de
la Historia de los Estados Unidos Oficina de Programas de Información
Internacional – Depto. de Estado de EE.UU.
Pag. 5
Frente a tal oposición, el Parlamento optó por una retirada estratégica en
1770 y revocó todos los impuestos de Townshend, salvo el correspondiente al
té, que era un artículo de lujo en las colonias y sólo lo consumía una
minoría muy pequeña. Para la mayoría, la decisión del Parlamento significó
que los colonos habían ganado una importante concesión y la campaña contra
Inglaterra fue abandonada en gran parte. SAMUEL ADAMS En un intervalo de tres
años de tranquilidad, un número relativamente pequeño de radicales se esforzó
con energía por mantener viva la controversia. Ellos decían que el hecho de
pagar el impuesto implicaba aceptar el principio de que el Parlamento tenia
derecho de gobernar a las colonias. Su temor era que el principio del
gobierno parlamentario se llegara a aplicar en cualquier momento futuro, con
un efecto devastador para todas las libertades coloniales. El líder más
eficaz de los radicales fue Samuel Adams de Massachusetts, quien luchó sin
descanso por una sola meta: la independencia. Desde que se graduó por la Escuela
Superior de Harvard en 1743, Adams siempre ocupó algún cargo público:
inspector de chimeneas, recaudador de impuestos y moderador de concejos
municipales. Adams quería liberar a la gente del temor reverencial a sus
superiores sociales y políticos, hacerla consciente de su propio poder e
importancia y así impulsarla a la acción. Para alcanzar esos objetivos
publicó artículos en la prensa y pronunció discursos en las asambleas de la
ciudad, pugnando por una serie de resoluciones en las que apelaba a los impulsos
democráticos de los colonos. En 1772, Adams indujo al concejo municipal de
Boston a elegir un "Comité de Correspondencia" para dar a conocer
los derechos y agravios de los colonos. El comité se opuso a la decisión
británica de que el salario de los jueces fuera extraído de los ingresos
aduaneros, pues temió que si esos magistrados ya no dependían económicamente
de la legislatura, tampoco estarían obligados a rendirle cuentas, lo cual
podía dar lugar a "una forma despótica de gobierno". El comité se comunicó
con otras ciudades para discutir el asunto y les pidió que redactaran sus
respuestas. En casi todas las colonias se crearon comités y así se formó una
base de organismos revolucionarios eficaces. Sin embargo, Adams no tenía
suficiente combustible para iniciar un incendio. LA "FIESTA DEL TÉ"
DE BOSTON Sin embargo, en 1773 los británicos les dieron por fin un tema
incendiario a Adams y sus aliados. La poderosa East India Company, que estaba
en un crítico apremio financiero, apeló al gobierno británico y éste le
otorgó el monopolio sobre todo el té que se exportaba a las colonias. El
gobierno autorizó también a la East India Company a vender directamente a
minoristas, pasando por alto a los mayoristas coloniales. Para entonces, la
mayor parte del té que se bebía en América se importaba ilegalmente, libre de
derechos. Al vender el té a un precio muy inferior al de costumbre, por medio
de sus propios agentes, la East India Company hizo que el contrabando dejara
de ser productivo y amenazó con eliminar a los comerciantes coloniales
independientes. Acicateados no sólo por la pérdida del comercio del té, sino
también por la práctica monopolista que eso implicaba, los colonos
comerciantes se unieron a los agitadores radicales que aspiraban a la
independencia. Reseña de la Historia de los Estados Unidos Oficina de
Programas de Información Internacional – Depto. de Estado de EE.UU. Pag. 6 En
puertos de toda la costa del Atlántico, los agentes de la East India Company
fueron obligados a renunciar y los nuevos embarques de té fueron devueltos a
Inglaterra o refundidos en almacenes. Sin embargo, los agentes desafiaron a
los colonos en Boston y, con apoyo del gobernador real, tomaron providencias
para el desembarco del producto a pesar de la oposición. En la noche del 16
de diciembre de 1773 una partida de hombres, disfrazados de indígenas mohawks
y encabezados por Samuel Adams, abordó tres barcos británicos atracados en el
muelle y arrojó su cargamento de té a las aguas del puerto de Boston. Ante la
duda de que sus conciudadanos fueran fieles a sus principios, temieron que si
el té era desembarcado los colonos lo compraran a pesar de todo y pagaran el
impuesto. Ahora los británicos se enfrentaban a una crisis. La East India
Company había actuado de acuerdo con un estatuto parlamentario y si la
destrucción del té quedaba impune, el Parlamento tendría que admitir ante el
mundo que no tenía control sobre las colonias. LAS LEYES COERCITIVAS El
Parlamento respondió con nuevas leyes que los colonizadores llamaron
"Leyes Coercitivas" o "Intolerables". La primera de
ellas, el Proyecto Legislativo del Puerto de Boston, ordenó el cierre de éste
hasta que el té fuera pagado. Esa decisión amenazó la vida misma de la
ciudad, pues el hecho de privar a Boston de acceso al mar la condenaba a la
ruina económica. Otras promulgaciones restringieron la autoridad local y
prohibieron casi todos los concejos municipales que se reunían sin el
consentimiento del gobernador. Una Ley de Alojamiento de Tropa exigía a las
autoridades locales dar hospedaje adecuado a la tropa británica, aun en casas
particulares si era preciso. En lugar de someter y aislar a Massachusetts,
como lo deseaba el Parlamento, esas leyes hicieron que las colonias hermanas
se unieran a ella y le dieran su apoyo. La Ley de Quebec, aprobada más o
menos en la misma época, amplió las fronteras de esa provincia al sur del río
Ohio; de acuerdo con la práctica pretérita en Francia, dispuso juicios sin
jurado, no estableció ninguna asamblea representativa y concedió a la Iglesia
Católica una categoría semioficial. Al hacer caso omiso de las viejas
reclamaciones sobre las tierras del oeste, amenazó con bloquear la expansión
colonial al norte y el noroeste, y su reconocimiento de la Iglesia Católica
Romana indignó a las sectas protestantes cuya presencia era predominante en
todas las colonias. Aunque la Ley de Quebec no fue promulgada como una medida
punitiva, los norteamericanos la asociaron a las Leyes Coercitivas y todas en
conjunto se llegaron a conocer como las "Cinco Leyes Intolerables".
A instancias de la Cámara de Burgueses de Virginia, los representantes
coloniales se reunieron en Filadelfia el 5 de septiembre de 1774 "para
hacer consultas sobre la triste situación actual de las colonias". Los
delegados a esa reunión, conocida como el Primer Congreso Continental, fueron
elegidos por congresos provinciales o convenciones populares. La división de
opiniones en las colonias fue un verdadero dilema para los delegados. Era
preciso dar la impresión de una firme unanimidad para inducir al gobierno
británico a hacer concesiones, pero también se debía evitar cualquier señal
de radicalismo o espíritu independentista que pudiera alarmar a los
norteamericanos más moderados. Un discurso inicial cauto, seguido de la
"resolución" de que no se debía obediencia alguna a las Leyes
Coercitivas, terminó con la adopción de una serie de resoluciones que
afirmaron el derecho de los colonos a "la vida, la libertad y la
propiedad" y el derecho de las legislaturas provinciales a decidir
"en todos los asuntos de tributación y del sistema político
interno". Sin embargo, la decision más importante del Congreso fue la
formación de una "Asociación Continental" que reanudó el boicot
comercial. Se creó un Reseña de la Historia de los Estados Unidos Oficina de
Programas de Información Internacional – Depto. de Estado de EE.UU.Pag. 7 sistema de comités para inspeccionar lo
que llegaba a las aduanas, publicar los nombres de los comerciantes que
violaban los acuerdos, confiscar las importaciones de éstos y alentar la frugalidad,
la economía y la laboriosidad. La Asociación Continental asumió de inmediato
el liderazgo en las colonias e instó a las nuevas organizaciones locales a
acabar con los restos de la autoridad real. Dirigida por los líderes
partidarios de la independencia, no sólo recibió apoyo de los menos
afortunados, sino también de muchos miembros de la clase profesional, sobre
todo abogados, de la mayoría de los hacendados de las colonias del sur y de
numerosos comerciantes. Sus miembros intimidaron a los indecisos para que se
unieran al movimiento popular y castigaron a los que eran hostiles. Además,
iniciaron la recolección de pertrechos militares y la movilización de tropa y
avivaron la opinión pública para inflamar su fervor revolucionario. Sin
embargo, muchos de los que se oponían a que los británicos conculcaran los
derechos de los norteamericanos eran partidarios del diálogo y el compromiso
como la solución apropiada. En ese grupo había funcionarios designados por la
Corona, cuáqueros y miembros de otras sectas religiosas que se oponían al uso
de la violencia, muchos mercaderes (sobre todo de las colonias de la región
media) y varios granjeros y pobladores de la frontera descontentos, en las
colonias del sur. El rey habría podido concertar una alianza con esos
moderados y su posición se habría fortalecido mediante concesiones oportunas,
al grado que a los revolucionarios les habría sido difícil mantener las
hostilidades. Pero Jorge III no estaba dispuesto a hacer concesiones. En
septiembre de 1774, mofándose de una petición de los cuáqueros de Filadelfia,
el monarca escribió: "La suerte está echada y las colonias no tienen más
alternativa que someterse o vencer". Esa decisión dejó aislados a los
realistas, que se sintieron decepcionados y temerosos por el curso que
tomaron los acontecimientos después de las Leyes Coercitivas. EMPIEZA LA
REVOLUCIÓN El general Thomas Gage, un afable caballero inglés cuya esposa
nació en Norteamérica, comandaba la guarnición en Boston, donde la actividad
política ya había suplantado casi por completo al comercio. Cuando Gage supo
la noticia de que los colonos de Massachusetts estaban haciendo acopio de
pólvora y pertrechos militares en la ciudad de Concord, a 32 kilómetros de
allí, envió un fuerte destacamento a confiscar ese arsenal. Después de
caminar toda la noche, la tropa británica llegó al poblado de Lexington el 19
de abril de 1775 y vio una amenazadora banda de 77 milicianos -- conocidos
como "hombres minuto" porque se decía que en ese lapso podían
aprestarse al combate -- entre la niebla de las primeras horas de la mañana.
El único propósito de los milicianos era hacer una protesta silenciosa, pero
el mayor de marina John Pitcairn, líder de la tropa británica, gritó:
"¡Dispersaos, malditos rebeldes! ¡Huid, perros!." El líder de los
milicianos, capitán John Parker, ordenó a su tropa que no hiciera fuego, a
menos que les dispararan. Cuando los norteamericanos se retiraban, alguien
hizo un disparo y la tropa británica abrió fuego contra los milicianos.
Entonces los ingleses cargaron con bayonetas, dejando un saldo de ocho
muertos y 10 heridos. Según la muy citada frase del poeta del siglo XIX Ralph
Waldo Emerson, ese fue "el disparo que oyó el mundo entero". Reseña
de la Historia de los Estados Unidos Oficina de Programas de Información
Internacional – Depto. de Estado de EE.UU. Pag. 8 Los británicos continuaron
su avance hacia Concord. Los norteamericanos se habían llevado casi todo el
parque, pero aquéllos destruyeron lo que quedaba. Entre tanto, las fuerzas
insurgentes se movilizaron en el campo y hostigaron a los británicos en su
largo regreso a Boston. Sin embargo, en todo el camino, ocultos detrás de
muros de piedra, promontorios y casas, milicianos "de todas las aldeas y
granjas de Middlesex" hacían blanco en las brillantes casacas rojas de
los soldados de la Corona. Cuando el exhausto destacamento de Gage llegó a
Boston con paso vacilante, sus bajas eran más de 250 muertos y heridos. Los
norteamericanos perdieron 93 hombres. El Segundo Congreso Continental se
reunió en Filadelfia, Pennsylvania, el 10 de mayo. El Congreso votó por
levantarse en armas y reclutó a las milicias coloniales para el servicio
continental. Designó como comandante en jefe de las fuerzas norteamericanas
al coronel George Washington, de Virginia, el 15 de junio. Antes de dos días,
los insurgentes sufrieron muchas bajas en Bunker Hill, en las afueras de
Boston. El Congreso ordenó también que varias expediciones norteamericanas
avanzaran al norte, hasta Canadá, en otoño. Tomaron Montreal, su asalto
invernal contra Quebec fue un fracaso y al final retrocedieron hasta Nueva
York. Aún cuando el conflicto armado había estallado, la idea de separarse
por completo de Inglaterra aún les parecía repugnante a muchos miembros del
Congreso Continental. Éste adoptó la Petición de la Rama de Olivo en julio,
suplicando al rey que se abstuviera de más acciones hostiles mientras se
concertaba algún acuerdo. El Rey Jorge III la rechazó y, por el contrario,
emitió una proclamación el 23 de agosto de 1775, declarando que las colonias
estaban en actitud de rebelión. Gran Bretaña esperaba que las colonias del
sur le fueran leales, en parte porque dependían de la esclavitud. Muchos
pobladores de las colonias del sur temían que una rebelión contra la madre
patria desatara también una insurrección de los esclavos. El gobernador de
Virginia, Lord Dunmore, trató de capitalizar ese temor en noviembre de 1775,
ofreciendo la libertad a todos los esclavos que lucharan a favor de los
británicos. Sin embargo, su proclama empujó hacia el bando rebelde a muchos
virginianos que en otras condiciones habrían seguido siendo leales al rey.
Los buques de guerra británicos siguieron por la costa hasta Charleston,
Carolina del Sur, y abrieron fuego contra la ciudad a principios de junio de
1776. Pese a todo, los habitantes de esa colonia tuvieron tiempo para
prepararse y rechazaron a los británicos al final del mes. Éstos no habrían
de regresar al sur en más de dos años. COMMON SENSE E INDEPENDENCIA Thomas
Paine, el teórico político y escritor radical que llegó a Norteamérica en
1774, procedente de Inglaterra, publicó el folleto de 50 páginas titulado
Common Sense (Sentido común) en enero de 1776. En menos de tres meses se
vendieron 100.000 ejemplares. Paine atacó la idea de la monarquía hereditaria
y dijo que un hombre honrado era más valioso para la sociedad que "todos
los rufianes coronados que ha habido en la historia". Él propuso dos
opciones: seguir sometidos a un rey tiránico y un gobierno desgastado o
buscar la libertad y la felicidad como república independiente y
autosuficiente. Common Sense circuló en todas las colonias y ayudó a
cristalizar la decisión de separarse de Inglaterra. Sin embargo seguía
pendiente la tarea de obtener la aprobación de cada una de las colonias para
una declaración formal. El 7 de junio Richard Henry Lee, de Virginia presentó
en el Segundo Congreso Continental una resolución declarando "que estas
Colonias Unidas son y tienen derecho de ser estados Reseña de la Historia de
los Estados Unidos Oficina de Programas de Información Internacional – Depto.
de Estado de EE.UU. Pag. 9
libres e independientes...". Un comité de cinco miembros encabezado por
Thomas Jefferson de Virginia fue designado de inmediato para redactar un
document que sería cometido a votación. La Declaración de Independencia, que
en gran parte fue obra de Jefferson y fue proclamada el 4 de julio de 1776,
no sólo anunció el nacimiento de una nueva nación, sino también expuso una
filosofía de la libertad humana que habría de llegar a ser una fuerza
dinámica en el mundo entero. La Declaración se basa en la filosofía política
de la Ilustración en Francia e Inglaterra, pero destaca en ella una
influencia en especial: el Second Treatise on Government (Segundo tratado de
gobierno) de John Locke. Éste tomó algunas concepciones de los derechos
tradicionales de los ingleses y las universalizó como los derechos naturales
de toda la humanidad. En el conocido pasaje inicial de la Declaración se oye
un eco de la teoría del contrato social de Locke como forma de gobierno: "Sostenemos
que estas verdades son evidentes por sí mismas, que todos los hombres han
sido creados iguales, que fueron dotados por su Creador de ciertos derechos
inalienables como el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la
felicidad. Que para dar cumplimiento a esos derechos, los hombres han
instituido gobiernos, los cuales derivan sus justos poderes del
consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma cualquiera de
gobierno llega a ser perjudicial para alcanzar esos fines, el pueblo tiene
derecho de cambiarlo o abolirlo, y de instituir un nuevo gobierno, erigiendo
sus cimientos sobre los principios y organizando sus facultades en las formas
que el pueblo juzgue más apropiadas para el logro de su seguridad y
felicidad". Jefferson vinculó directamente los principios de Locke con
la situación de las colonias. Luchar por la independencia de la Unión
Americana era luchar por un gobierno basado en el consentimiento popular, en
lugar de un gobierno encabezado por un rey que se había "confabulado con
otros para someternos a una jurisdicción que es ajena a nuestra constitución
y no ha sido reconocida por nuestras leyes...". Sólo un gobierno basado
en el consentimiento popular podía garantizar los derechos naturales a la
vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. De este modo, luchar por la
independencia de la Unión Americana era luchar en nombre de los derechos
naturales de uno mismo. DERROTAS Y VICTORIAS Si bien los norteamericanos
sufrieron graves tropiezos por varios meses después de declarar su
independencia, su tenacidad y perseverancia les redituaron al final buenos
dividendos. En agosto de 1776, durante la Batalla de Long Island en Nueva
York, la posición de Washington se volvió insostenible y él ordenó una
retirada magistral, en pequeñas embarcaciones, desde Brooklyn hasta la costa
de Manhattan. El general británico William Howe tuvo dos momentos de
vacilación y eso permitió que los norteamericanos escaparan. No obstante, en
noviembre Howe ya había tomado el Fuerte Washington, en la isla de Manhattan.
La ciudad de Nueva York habría de continuar bajo control británico hasta el
final de la guerra. Reseña de la Historia de los Estados Unidos Oficina de
Programas de Información Internacional – Depto. de Estado de EE.UU. Pag. 10
En diciembre, las fuerzas de Washington estaban al borde del desastre cuando
las provisiones y la ayuda prometida no llegaron a materializarse. El día de
Navidad, 25 de diciembre de 1776, Washington cruzó el río Delaware, al norte
de Trenton, Nueva Jersey. En las primeras horas de la mañana del 26 de
diciembre, su tropa tomó por sorpresa la guarnición de Trenton e hizo más de
900 prisioneros. Una semana después, el 3 de enero de 1777, Washington atacó
a los británicos en Princeton y recuperó casi todo el territorio formalmente
ocupado por ellos. Las victorias en Trenton y Princeton dieron nuevo vigor al
quebrantado espíritu de los norteamericanos. Sin embargo, Howe venció al
ejército de la Unión en septiembre de 1777 en Brandywine, Pennsylvania y
ocupó Filadelfia, obligando al Congreso Continental a huir. Washington tuvo
que soportar el gélido invierno de 1777-1778 en Valley Forge, Pennsylvania,
sin alimento, ropa y provisiones suficientes. Valley Forge marcó el punto más
bajo en la marcha del Ejército Continental de Washington, pero en otro lugar
el año 1777 resultó ser el momento decisivo de la guerra. El general
británico John Burgoyne, avanzando hacia el sur desde Canadá, trató de
invadir Nueva York y Nueva Inglaterra a través del lago Champlain y el río
Hudson, pero su equipo era demasiado pesado para transitar por aquellos
terrenos boscosos y de marisma. El 6 de agosto, en Oriskany, Nueva York, una
partida de realistas y norteamericanos nativos bajo el mando de Burgoyne
fueron presa de una fuerza norteamericana ágil y madura que logró contener su
avance. Pocos días después, en Bennington, Vermont, otro grupo de fuerzas de
Burgoyne que buscaban las tan necesarias provisiones fue repelido por tropas
norteamericanas. El ejército de Burgoyne se trasladó al lado oeste del río
Hudson y avanzó hacia Albany. Los norteamericanos ya lo esperaban.
Encabezados por Benedict Arnold -- quien después traicionaría a los
norteamericanos en West Point, Nueva York -- los insurgentes repelieron dos
veces a los británicos. Burgoyne ya para entonces había sufrido numerosas
pérdidas y se retiró a Saratoga, Nueva York, donde una fuerza norteamericana
muy superior bajo el mando del general Horatio Gates cercó a la tropa
británica. El 17 de octubre de 1777 Burgoyne se rindió con todo su ejército:
seis generales, otros 300 oficiales y 5.500 soldados. LA ALIANZA
FRANCO-NORTEAMERICANA En Francia había mucho entusiasmo por la causa
norteamericana: el mundo intelectual francés también estaba en franca
rebelión contra el feudalismo y los privilegios. Sin embargo la Corona dio su
apoyo a las colonias por motivos más geopolíticos que ideológicos: desde la
derrota de Francia en 1763, el gobierno de ese país estaba ansioso de ajustar
cuentas con Gran Bretaña. Benjamin Franklin fue enviado a París en 1776 para
trabajar por la causa norteamericana. Su ingenio, astucia y talento hicieron
que su presencia muy pronto fuera percibida en la capital francesa y
desempeñó un papel importante para obtener la ayuda de Francia. Francia
empezó a dar ayuda a las colonias en mayo de 1776 cuando envió a Norteamérica
14 barcos con pertrechos de guerra. De hecho, la mayor parte de la pólvora
que usaron los ejércitos insurgentes llegó de Francia. Después de la derrota
de los británicos en Saratoga, los franceses vieron la oportunidad de
debilitar seriamente a su antiguo enemigo y restaurar el equilibrio de poder,
perturbado por la Guerra de los Siete Años (que en las colonias de
Norteamérica se llamó Guerra contra Francia y los Indígenas). Las colonias y
Francia firmaron un Tratado de Amistad y Comercio el 6 de febrero de 1778 por
el cual París Reseña de la Historia de los Estados Unidos Oficina de
Programas de Información Internacional – Depto. de Estado de EE.UU. Pag. 11
reconoció a Estados Unidos y le otorgó concesiones comerciales. Ambos países
firmaron también un Tratado de Alianza donde se estipuló que si Francia
entraba en la guerra, ninguno de los dos depondría las armas mientras las
colonias no ganaran su independencia; que ninguno de ellos firmaría la paz
con los británicos sin el consentimiento del otro; y que cada uno garantizaba
las posesiones del otro en Norteamérica. Ese fue el único tratado bilateral
de defensa firmado por Estados Unidos o sus predecesores antes de 1949. La
alianza franco-estadounidense no tardó en extender el conflicto. En junio de
1778, la flota británica hizo fuego contra barcos franceses y ambos países
entraron en guerra. Con la esperanza de recobrar los territorios que perdió a
manos de los británicos en la Guerra de los Siete Años, España se involucró
en el conflicto en 1779 al lado de Francia, pero no como aliada de los
norteamericanos. En 1780 Gran Bretaña declaró la guerra a los holandeses,
quienes no habían dejado de comerciar con la Unión Americana. La combinación
de esas potencias europeas, con Francia a la cabeza, fue una amenaza mucho
mayor para los británicos que si las colonias norteamericanas hubieran
luchado solas. LOS BRITÁNICOS SE DIRIGEN AL SUR Con Francia ya involucrada en
el conflicto, los británicos, creyendo aún que la mayoría de los sureños eran
realistas, redoblaron sus esfuerzos en las colonias del sur. La campaña
empezó a fines de 1778 con la toma de Savannah, Georgia. Poco después, tropas
y fuerzas navales británicas convergieron en Charleston, Carolina del Sur,
que era el principal puerto meridional. Lograron mantener a raya a las
fuerzas norteamericanas en la península de Charleston. El 12 de mayo de 1780,
el general Benjamin Lincoln capituló, entregando la ciudad y sus 5.000
soldados en lo que fue la mayor derrota de la Unión Americana en la guerra.
Los reveses de la fortuna sólo infundieron más audacia a los rebeldes
norteamericanos. Los habitantes de Carolina del Sur empezaron a rondar la
campiña y atacaron las líneas de aprovisionamiento británicas. En julio el
general norteamericano Horatio Gates, que había reunido una fuerza sustituta
de milicianos sin entrenamiento, se lanzó sobre Camden, Carolina del Sur,
para enfrentarse a las fuerzas británicas comandadas por el general Charles
Cornwallis. Los inexpertos soldados del ejército de Gates sintieron pánico y
huyeron ante el embate de los soldados británicos. La tropa de Cornwallis
luchó varias veces contra los americanos, pero la batalla más importante fue
a principios de 1781 en Cowpens, Carolina del Sur, y en ella los norteamericanos
derrotaron rotundamente a los británicos. VICTORIA E INDEPENDENCIA En julio
de 1780, el rey de Francia Luis XVI envió a Norteamérica una fuerza
expedicionaria de 6.000 hombres bajo el mando del conde Jean de Rochambeau.
Por añadidura, la flota francesa hostigó los embarques de Gran Bretaña e
impidió que las fuerzas inglesas se reforzaran y reabastecieran en Virginia.
Los ejércitos y las armadas de Francia y Estados Unidos, que sumaban 18.000
hombres, lucharon contra Cornwallis todo el verano y parte del otoño.
Cornwallis capituló por fin el 19 de octubre de 1781, cuando quedó atrapado
con su ejército de 8.000 soldados británicos en Yorktown, cerca de la entrada
de la bahía de Chesapeake. Aún cuando la derrota de Cornwallis no acabó de
inmediato con la guerra -- que se prolongó casi dos años más sin resolverse –
un nuevo gobierno británico decidió iniciar negociaciones de paz en París a
principios Reseña de la Historia de los Estados Unidos Oficina de Programas
de Información Internacional – Depto. de Estado de EE.UU.Pag. 12 de 1782, con el bando norteamericano
representado por Benjamin Franklin, John Adams y John Jay. El 15 de abril de
1783, el Congreso aprobó el tratado final. Firmado el 3 de septiembre, el
Tratado de París reconoció la independencia, libertad y soberanía de las 13
ex colonias que ahora eran estados. El nuevo Estados Unidos se extendía al
oeste hasta el río Mississippi, al norte hasta Canadá y al sur hasta la
Florida, que fue devuelta a España. Las nacientes colonias, a las que hizo
alusión Richard Henry Lee más de siete años antes, se habían convertido al
fin en "estados libres e independientes". Lo que faltaba era
unirlos para formar una nación.
CIERRE:
Elabora una pequeña conclusión no mayor a 10 líneas en la que
expreses la importancia del tema estudiado.
¡CUIDATE
MUCHO….!
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.